Nombre de Uva

Nombre de uva, montaña o río, el de mi amada,
De aquello que renace del humus tierno
Palabra que elabora luces de amaneceres
La luz de tus canciones estalla en las estrellas
Tu nombre es el océano por el que viajan
Silentes y bravíos barcos y naves antiguas
Que envuelven derritiendo las crestas de las olas
Para arribar disueltos en besos y caricias
Tu nombre ha florecido a la luz de la luna
Y perdido he quedado en el túnel brillante
Que conduce a la gloria de tus ojos
Lléname con tus labios que abrasan
Cuestiona mis razones, desata mi locura
Pero déjame siempre amanecer contigo.

Junto con los demás

Amar es el delirio por conquistar tus besos
Que camino de espinas para alcanzar tus senos
Viajan entre las nubes los aviones de sueños
Y en Bogota maltratan las golondrinas

Ambos, desde la tarde azul de un Enero,
Creciendo codo a codo
Desde la fragancia de tu ropa
Dormida sobre el suelo
Y la pasión saltando en el estero
Elevando la catarata azul de tus caderas
No pensamos jamás como el agua se desnuda
Ni como desemboca hecha cenizas
Sobre el río milenario que se vuelve un océano
Amarnos fue el comienzo y el final de la historia
Andábamos fundidos con los otros, con todos los demás,
Con la ciudad que nos miro crecer y padecer.

Rudo es Amar

Rudo es amar, enlazar a las sierpes de cabeza y de cola,
Bosque donde se esconden tus delicias, pasión desenfrenada,
En ristre la gaviota que quiere despegar de mi deseo,
Quiere saber como hiciste para prender el fuego en mis entrañas
¿Cómo desatas los nudos gordianos de mi rojo corazón enamorado?
Acostumbrado a la frialdad de un mundo acartonado y perverso
Como pudiste caminar hacia a mi entre tantas sombras,
Que oráculo vaticino este encuentro de amor maravilloso
Y te llevo a las puertas mi casa?

La verdad rompió la noche de las frías cadenas que me ataban
El vino de khayyam derramo generoso sobre nuestras cabezas
Las copas rotas de mil aventuras y viajes de amor desatinados
En tanto… la ventura de nuestro encuentro
Establecía sin miedo, su dominio.
Se esparcía por la tierra la tersa suavidad
De tu belleza y la flagrante herida
De un viejo general eternizado
Por el fuego quemante de tu amor.

Ansiedad

Debajo de la ansiedad grabada
En nuestros cuerpos
La ruta hacia los rostros
Tus rasgos diseminados todos,
En la fragancia azul de tus recuerdos
Y en la firmeza aguda
De tus pezones
Apuntando al cielo.

La redondez frutal,
La senda inhabitada
De todos tus caminos
Abiertos al deseo.
Verte a mi lado
En la constelación de nuestros cuerpos
Girando con la tierra
En los espasmos lúdicos
Desde la rotación y la locura.

Así aprendemos desde el amanecer
De cada meridiano, el gusto y los placeres
De la carne, y los gestos y los mimos y el
Enjambre indescifrable del silencio.

Tímido Amor

Sabios. Compasivos,
En el compás vital de las palabras
Recreamos el mundo, mientras pasan
Los ojos y las bocas
De miles y millones
Aguardando el final de nuestro encuentro.
Un poquito de tímido amor,
O un muy mucho de amor desesperado;
En la línea quebrada que separa
La mente y la distancia
De tu cintura fresca,
Hecha para el placer y para el goce.
Hallaremos un sol de arenas blancas,
Un espumoso río de tempestades,
Nunca bien resguardadas
Y el destino final de
Nuestras veleidades.
En tu cintura, sí.
Bajo la gravedad de nuestros cuerpos
Con una piel tatuada por la angustia,
Un poco de mi mente y de tu cuerpo
Una constelación de fantasías
Y un sin fin de palabras
Casi dichas… sin pronunciar aún…
Petrificadas.

¿CONOCES TU EL CUERPO DE TU AMADA?

¿Cuánto conoces tú
El cuerpo de tu amada?
¿Has explorado ya una a una
Sus células de miel?
Las rutas de sus vellos
En la nuca…Los muslos…
Las cordilleras níveas
De sus senos…
Los pezones erguidos
Cuando apuntan
Hacia la soledad
¿O hacia el deseo?

¿Te haz deslizado por los toboganes
Azules de sus muslos de seda?
¿Has penetrado todas sus cavernas,
Los vasos griegos… las ánforas egipcias?
¿La sensual agudeza de sus labios,

Esperando tus besos o el tumultuoso
Monstruo del amor descarnado?
¿Sabes donde encontrar la sensibilidad
De su deseo y el escondido punto
De sus ansias de besos y caricias?

Donde quiera que pienses en su cuerpo,
¿Has pensado también en explorarlo?

¿Conoces tú, el cuerpo de tu amada?
Nunca tendrás ¡viaje más placentero!

Recorriendo las montañas
Interminables de sus nalgas desnudas
Beberás del licor femenino
Y embriagado…Perdido en sus perfumes vaginales
Aspirarás el arte y la literatura
A través de sus gustos y sentidos.

¿Has recorrido el cuerpo de tu amada?


Amor Protéico

Libres de nuestros cuerpos
Viajamos a lugares extraños
Y somos dioses,
Pálidos hijos de Luzbel humillado
Por la arrogancia y la soberbia mismas.
Unas mañanas somos rastreras sierpes
De alas plateadas por la luna,
O flores desteñidas por la fuerza de sol.
Una flor en un bosque…
Un perro callejero, una simple paloma mensajera.

Un día en la llanura trotaremos cual caballo salvaje
O seremos simplemente un galgo que recorre su pista
Sin destino.
Libres de nuestros cuerpos
Seremos el espejo de los otros, de todos los demás,
De los perdidos y de los angustiados.
Estaremos agazapados en medio de las corrientes
Que nos hacen ser peces en el agua o
Cocodrilos en la superficie.

Pero más que todo…
Quisiera ser la prenda
Que se aferra a tu cuerpo desnudo
Tu sostén, tus "panties", la blusa transparente
Que difumina las formas agresivas de tus senos.
Libres de nuestros cuerpos
Bajo la protección del dios Proteo
Puedo ser más aún…
El tejido indescifrable de tu piel…
La corriente nerviosa que comunica tus neuronas
La arteria que alimenta tu corazón
Y el pétalo rojizo de toda tu pasión,
Escondido entre el fuego de tus labios
Vulvares.
Libres de nuestros cuerpos
Seremos el verdadero amor…
El amor sin barreras con salsa y jazz
Y fuego en las entrañas
De tu hermosa existencia,
¡Criatura atávica de todas mis tormentas!.
Quiero fundirme a ti
Quiero fundir mi cuerpo
Con tu cuerpo.
En medio de la danza
Dejar que nuestras piernas
Enlazadas
Se vayan derritiendo
Hasta ser una sola materia
Incandescente
Y mientras tanto el torso Aferrado a tus besos De sirena,
Al fuego inmaculadode la Diosa Calypso.

Como Odiseo marino,
Abrazar tu cintura deshojada
Que se dobla al encuentro con mi brazo.
Y sentir tus mejillas arrobadas
Derretirse en mi rostro
Transgredido
Por el fuego mortal de nuestro ensueño.